Vivir con perros implica tomar numerosasdecisiones y establecer reglas, y una de las cuestiones más comunes es sipermitirles o no dormir en nuestra cama. Esta elección ha generado opinionesencontradas, desde aquellos que creen que fortalece el vínculo con las mascotashasta quienes temen por la higiene, especialmente cuando hay bebés en lafamilia, leemos en 20 Minutos.
Tamara Hernán, educadora canina especializadaen familias multiespecie y divulgadora en Creciendo entre perros, aborda eltema desde una perspectiva informada. Según ella, no hay evidencia científicaque respalde o refute los beneficios o riesgos de que un bebé comparta la camacon un perro.
"La decisión es 100 por cien personal ydebe responder a lo mejor para todos los miembros de tu familia multiespecie,incluido tu perro", destaca Hernán. En caso de querer compartir la camacon un bebé, aconseja enseñar al perro a dormir en la zona de los pies paraminimizar riesgos.
A pesar de la falta de evidencia científicaespecífica, algunos pediatras desaconsejan compartir la cama con perros ybebés. Esto, según Hernán, puede basarse en preocupaciones relacionadas confactores como el riesgo de muerte súbita asociado con determinadoscomportamientos en adultos que comparten cama con bebés.
Hernán reconoce que el perro, al ser un servivo que ocupa espacio y se mueve, podría interpretarse como un riesgo para elbebé. Sin embargo, critica la falta de explicaciones más detalladas sobre porqué no deberían compartir la cama. Subraya la importancia de considerar losbeneficios y riesgos tanto para el bebé como para el perro.
En este sentido, destaca que el descanso delperro es crucial y puede verse afectado por el llanto del bebé y losdespertares nocturnos para la lactancia. El buen descanso del perro es esencialpara prevenir problemas sistémicos, físicos y emocionales a largo plazo.
Para garantizar que todos los miembros de lafamilia, incluido el perro, disfruten de la experiencia de compartir la camacon un bebé, Hernán ofrece algunos consejos prácticos. Destaca la importanciade considerar la sensibilidad de nuestro perro a nuevos estímulos, como elllanto del bebé, y sugiere opciones alternativas si el perro parece incómodo.
Además, sugiere delimitar los espacios yproporcionar al perro una manta en su lugar de descanso favorito para que seacostumbre. En última instancia, Hernán sugiere que la opción de lacuna-colecho puede ser una alternativa cómoda, especialmente en camas máspequeñas, ofreciendo seguridad e higiene tanto para el bebé como para el perro.
Aunque algunos puedan ver compartir la camacon perros y bebés como un riesgo potencial, Hernán destaca que cada vez másprofesionales de la salud reconocen los beneficios en la salud que conlleva laconvivencia temprana de un bebé con un perro. La educadora canina concluye superspectiva destacando la importancia de abordar estos temas conresponsabilidad y basarse en evidencia científica para una toma de decisionesinformada.
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