Por Carlota Pereda
Cuando en 2020 Laura Fernández se acercó a mí con lahistoria de Emma, conecté desde el primer momento. Nos encontrábamos en mediode lo peor de la pandemia y, como nuestros antepasados ante la peste, nosenfrentábamos a la muerte, la pérdida, al miedo mientras reafirmábamos que losvínculos sociales son los que construyen una sociedad más fuerte. Como ellos,también olvidamos rápido las lecciones aprendidas por la experiencia.
Bajo la vuelta a la normalidad quedaba latente eltrauma generacional por lo vivido. Mi hija se enfrentó por primera vez a lamuerte cercana de seres queridos. Mi pareja y yo a la posibilidad real de notener a nadie que se hiciera cargo de ella si algo nos sucedía. La muerte noshabía pasado muy de cerca mostrando nuestra vulnerabilidad. No creo que setenga que escribir sobre lo que uno sepa, sino sobre lo que a uno le interesa,pero en aquel primer guion de Albert y Carmelo intuía la posibilidad de hacerambas cosas.
"La Ermita" recupera el espíritu de laspelículas de la vieja escuela donde personajes realistas y lo mundano semezclan con lo sobrenatural y lo horroroso. Aventuras que devoraba de niña, queme hicieron enamorarme del cine.
Cuando más grande, más ruidoso, más rápido es el lema,nosotros reclamamos lo atmosférico, la construcción de la tensión de losthrillers que conduce a la catarsis, la susurrada tradición oral de historiascontadas junto al fuego. Después de todo, ¿qué son los fantasmas sino laproyección de nuestros miedos?
Euskadi
Uno de los directores más talentosos con los que hetrabajado solía decir que la localización es el 90 por ciento del plano. Tienemucha razón, aunque para mí, lo es el personaje, el ser humano. La actriz oactor que nos lleva de la mano. En este caso, los ojos de talentosa MaiaZaitegi. Pura magia frágil y poderosa increíblemente acompañada por BelénRueda, Loreto Mauleón y Josean Bengoetxea, entre otros.
La localización también es el tema, es el tono. Noentendería "La Ermita" sin Euskadi, así como "Cerdita" sinExtremadura. La belleza de los paisajes de Euskadi y Navarra, su bellezaevocadora, llenan el plano y le otorgan poesía.
La fuerza de la naturaleza en su esplendor, lospueblos (Leizta, Artikutza), la ermita de Itxasperri, el clima, añaden una capamítica que toda historia de fantasmas necesita, sin ahogarla.
Porque el País Vasco consigue lo imposible. Aquíconviven las tradiciones con la modernidad de manera homogénea y bella. Pocoslugares de la península con la riqueza de mitos y leyendas del País Vasco.
¿Qué mejor lugar para contar una historia de brujas,madre e hijas, que en la tierra de la diosa Mari? ¿Qué mejor lugar para hablarde la creación de mitos? En su honor, abrimos la película sobrevolando lascumbres de las montañas vascas donde la diosa hechicera tiene su hogar.
La peste
El País Vasco sufrió con dureza la peste desde elsiglo XIV hasta finales del XVII. Siempre me ha interesado la historia y meespeluznaban los relatos de esas ciudades tapiadas para combatir la plaga.Navarra perdió la mitad de su población a la enfermedad, con la población ruralespecialmente vulnerable tras siglos de guerras, sequías y hambrunas.
En aquellos encierros, la sensación de que no habíaescapatoria a la muerte se veía enturbiada por la amenaza de la condena eterna,ya que aquello era justicia divina. Como en el caso de la ermita de SantaBrígida de Olite (conocida por los famosos sucesos paranormales), tapiada paracontener a los enfermos y a los médicos que luchaban por salvarlos. Aquellasolo era una de las miles de historias que se repetían en la región. Historiasde terror.
Si algún sitio iba a estar marcado por el trauma y eldolor, iban a ser aquellos y ¿qué mejor monstruo que aquel que piensa quecumple su deber, ciego a la razón, condenado a su brutalidad por los siglos delos siglos?
Los médicos de la peste, parte militares, partesacerdotes de la muerte, con sus máscaras y sus varas para protegerse delcontagio y un sentido del deber que los llevaba a sacrificar su vida porcontener lo incontenible. Una medicina que muchas veces bebía más de lasuperstición que de la ciencia. Sus máscaras se asociaban a la muerte,provocando terror entre la población civil otorgándoles el nombre de"hombres pájaro".
"Los hombres pájaro" brindaban laiconografía perfecta para representar la putrefacción, atrapados ellos mismosen el trauma. Convertidos en monstruos a su pesar.
Unos personajes que beben de la historia negra delpaís, evolucionado al folklore actual. Un folclore que aprende a vivir con laglobalización, intentado no perder sus raíces. Lo fantástico anclado en laverdad.
Hablar de mujeres en el pasado y cómo podemos intentarentenderlas una vez han muerto. Hablar de encontrar tu voz y la necesidad dementores que te ayuden en el camino. Mujeres que saben ver el dolor y eltalento y se abren paso unas a otras, de generación en generación.
La magia como la religión surge del miedo a la muerte,a lo desconocido, como una manera de explicar y controlar ese mundo. Lacatarsis emocional del tren de la bruja es otra forma de exorcizar nuestrosmiedos.
Amo el cine de género. La libertad formal y temáticaque ofrece. Cómo abre a un público muy diverso la exploración de todo tipotemática. Un cine que divierte, hace pasar un buen rato y deja un posoduradero.
Un famoso proverbio africano reza que para criar a unniño se necesita un pueblo entero. ‘La Ermita’ bebe de temas y personas queconozco y amo, dibujado a raíz de la experiencia personal y de la mano de unequipo entregado de inmenso talento que admiro y adoro. Para hacer una películase necesita a una familia entera. Juntos, os presentamos la historia de lapequeña Emma.
Espero que la disfruten.
(*): La madrileña Carlota Pereda alcanzó fama primerocon su versión en cortometraje de "Cerdita", que luego dio lugar a unlargo con la misma protagonista, ganador de numerosos premios. Este semanaestrena "La Ermita", una historia de brujas que rodó en el PaísVasco, su segundo largometraje.
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“La Suprema es el reflejo de la cantidad de pueblosque viven en situaciones de precariedad, pero que no se quedan en la tragedia,si no que viven su realidad desde la esperanza y la resiliencia. Estos pueblosno solo están en Colombia, sino en toda Latinoamérica y en gran parte delmundo”, ha declarado el director.
Felipe Holguín también ha hablado de la importancia deque su primera película compita por el Colón de Oro en el Festival de Huelva:“Es un festival muy cercano para nosotros, que lo vivimos desde hace muchosaños desde el otro lado. Tuve la oportunidad de venir en 2018 y nos dimoscuenta del lado humano que hay detrás del festival. Espero que esta presencianos abra puertas en España”, ha afirmado.
La historia transcurre en una remota aldea colombianasin electricidad ni servicios básicos en la que una adolescente, Laureana,convence a todo el pueblo para encontrar la forma de ver a su tío boxeando porel título mundial. Con una gran mezcla entre drama y humor, Holguín habla alpúblico del coraje y la persistencia de toda una comunidad que lucha por tenermejores condiciones y por aparecer en el mapa. Los actores Elizabeth Martínez,Antonio Jiménez y Pabla Flórez lideran el elenco de esta película que ha sidofilmada en la vereda de Matuya, en el municipio de María La Baja, y en laciudad de Cartagena de Indias.
‘La Suprema’ (Colombia, 2023) fue seleccionada parapresentarse en el Festival Internacional de Cine de Toronto y en el Festival deCine de Río de Janeiro